madurez y libertad 2

 LA MADUREZ Y LA LIBERTAD 


Siempre nos ha llamado la atención el término madurez por la importancia social que se le atribuye cuando se expresa que una persona madura está en desventaja social para con la colaboración del otro solucionar los problemas importantes. Quizás por ello nos hemos atrevido a ofrecer una conceptualización de ella, que podamos relacionar con la libertad, postulando que la madurez es un proceso dinámico que se va haciendo cada vez más complejo durante el transcurso vital y que en cada una de las etapas de la vida se va enriqueciendo con los estados emocionales anteriores adquiridos anteriormente que siempre correrán el peligro de desaparecer.


Se sugieren  como rasgos de inmadurez la impotencia, el miedo, la dependencia, la visión distorsionada de la realidad, debidos fundamentalmente a una falta de conciencia de un concepto de libertad entendida como libertad para relacionada con un proyecto.


No estamos hablando de cualquier concepto de libertad sino de uno relacionado con la dignidad humana y con la responsabilidad: cualquier proceso de decisión desencadena una serie de consecuencias que desde un punto de vista ético pueden ser perfectamente predecibles. Están por supuesto aquellas relacionadas con el bien y por supuesto las relacionadas con el mal. Así nosotros podemos recorrer un camino de vida o un camino de muerte. El primero se lo llama el camino estrecho pues implica un ejercicio del pensamiento y de la voluntad; el segundo se lo denomina el camino ancho porque cualquiera puede andar por él, incluso sin ejercer para nada la libertad pues no existe un de qué librarse y no existe un ideal o una meta por la cual comprometerse. O sea, la libertad sólo se requiere fundamentalmente en el camino estrecho, Pero para “atreverse a andar por él se necesitan ciertos rasgos de madurez.


Buscando un concepto adecuado de madurez recurrimos al Diccionario de la R.A.E. encontrando principalmente conceptos que la definían como un estado óptimo que una vez alcanzado se perdía por lo que no nos servía para nuestros propósitos. Definimos madurez de una forma general como estar preparado para y después de una búsqueda bibliográfica decidimos  basarnos en el libro INFANCIA Y SOCIEDAD de Erik H. Erikson, especialmente el capítulo 7 “Ocho edades del hombre” , para definir los rasgos de madurez, a través de las etapas de la vida, haciendo las modificaciones que estimamos pertinentes.


  1. Para las edades comprendidas entre los 0 a 2 años tomamos como rasgo de madurez la confianza básica que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes del impulso y la esperanza que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  2. Para las edades comprendidas entre los 3-5 años tomamos como rasgo de madurez la autonomía que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes del autocontrol y la fuerza de voluntad  que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  3. Para las edades correspondientes a la  y la etapa del parvulario tomamos como rasgo de madurez la iniciativa que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes de dirección y propósito que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  4. Para las edades comprendidas en la etapa escolar tomamos como rasgo de madurez la industria que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes de método y capacidad que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  5. Para las edades correspondientes a la pubertad y adolescencia tomamos como rasgo de madurez la identidad que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes de la devoción y fidelidad que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  6. Para las edades correspondientes a la adultez joven tomamos como rasgo de madurez la intimidad  que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes de afiliación y amor que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  7. Para las edades comprendidas en la adultez tomamos como rasgo de madurez la generatividad que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes de producción y cuidado que prepara a la persona para actuar con libertad para.
  8. Para las edades comprendidas en la madurez  tomamos como rasgo de madurez la integridad del yo que una vez adquirida produce las fortalezas o virtudes del renunciamiento  y la sabiduría que prepara a la persona para actuar con libertad para.


Si postulamos como uno de los objetivos de la educación facilitar que las personas alcancen la madurez y que por lo tanto el ejercicio de la voluntad se les haga más fácil y natural creemos que una profundización y delimitación de estos aspectos para usarlos como una guía podrían perfectamente servir de referencia permanente para procesos de enseñanza y de educación centradas en la construcción de la libertad del individuo y por lo tanteo el aspecto ético trascendente elemento importante de la espiritualidad humana.

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