análisis literario: la vida
ANALISIS LITERARIO: LA VIDA
Este es el cuarto análisis literario desde que decidimos aplicarlo a todo tipo de texto, aún más a todo lo que se pueda “leer”, tratando de buscar una aproximación que permita encontrarles un sentido ejemplificador. El texto que queremos analizar hoy es aquel que aparece en es el que aparece en mayúsculas en el párrafo siguiente:
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi- En la casa de mi Padre muchas moradas hay….. Juan 14: 1-3 Y sabéis a donde voy, y sabéis el camino Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a donde vas; ¿cómo pues podemos saber el camino? Jesús le dijo: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA; NADIE VIENE AL PADRE SINO POR MI Si me conocieseis también a mi padre conoceríais; y desde ahora le conocéis y le habéis visto… ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Antes de centrarnos en él debemos recordar un descubrimiento que hicimos en la reflexión anterior: César debe estar incluido como parte del camino que a los cristianos se nos invita a andar y que por otra parte que Jesús no desea que vivamos aparte del mundo, sino libres del mal que en este mundo pudiere haber.
Sorprendidos, debemos asimilar la idea que el camino, la verdad y la vida son una persona no un concepto ¿Qué significa esto? Camino es un conjunto de experiencias que nos llevan a vivir con Jesús en el lugar que fue a preparar para nosotros, Jesús es que nos coloca al principio del camino, el que nos hace llegar a la meta del camino y no sólo eso es el que va al lado de nosotros y con nosotros en el camino, forma parte de todo el camino.
Que Jesús sea la verdad implica varias cosas: vivir la vida como Él la vivió, es decir compartir su proyecto de vida. Tener las experiencias que el tuvo con Dios, consigo mismo, con el prójimo. Andar el camino que Él construyo y por el que ya anduvo. Ese camino que al mismo tiempo de ser eso es la verdad en él que estoy yo, está mi prójimo, está el mundo incluido César, está el Padre, el Hijo, El Espíritu santo (que no tienen porque estar sólo en ese lugar). Existe por lo tanto una verdad que invita a andar por un camino específico.
Que Jesús sea la vida implica que con Él, estamos alejados de la muerte no sólo porque compartiremos con otros y con Él la vida eterna, sino porque temporalmente nos libramos de muerte que nos debilita y carcome en nuestra vida diaria y entonces vivimos la vida en plenitud. Que Él sea la vida implica que de Él proviene. Que cuando en nuestra relación nos separamos de Él, la verdadera vida fluye en nosotros porque estamos en paz reconciliados con Dios que implica no sólo esa reconciliación, sino también con el prójimo y consigo mismo, felices de andar por ese camino, prevenidos de esa verdad, viviendo la libertad a la que fuimos invitados, a la que fuimos llamados.
JESUS, EL CAMINO, LA VERDAD, LA VIDA SON INSEPARABLES UNOS DE OTROS. ES MÁS TODO CAMINO TIENE SU CENTRO, SU VERDAD Y SU FORMA DE VIDA QUE HEMOS “ELIGIDO” CONSCIENTE O INCONSCIENTEMENTE POR LOS QUE CAMINAN LOS MILLONES DE SERES HUMANOS QUE “VIVEN” EN ESTE PLANETA.
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