Abuso y libertad

 ABUSO Y LIBERTAD


Este es la reflexión personal que hayamos hecho, se basa en el supuesto que el desarrollo de la espiritualidad sin libertad no tiene sentido, explora la relación entre pensamiento y libertad y advierte contra el peligro de tomar como referencia para su construcción criterios de autoridad externos a la persona dejando de lado fundamentos personales. 


Al pasar por una librería nos llamó la atención un libro titulado “VIDAS ROBADAS EN NOMBRE DE DIOS Historias de abuso de conciencia y poder” e intrigado por el título y con el afán de contestarnos la pregunta. ¿Cuándo y cómo favorecemos tal robo? ¿Podemos inadvertidamente ejercer sobre otros un abuso de poder y de conciencia? 


Después de leer el libro las respuestas que nos dimos nos inquietaron profundamente: las instituciones religiosas pueden estar robando vidas cuando subordinan la acción de sus miembros únicamente a la consecución de sus fines, impidiendo a toda costa que estos tengan sus propios proyectos de vida o cuando obligan a todos a adoptar su propia perspectiva acerca del amor a Dios, desligándolo totalmente del amor a sí mismo y del amor al prójimo produciéndose de esta manera un deterioro increíble de la autoestima y una destrucción de la individualidad, partiendo, según nuestra visión antropológica y epistemológica inadecuada.


La visión antropológica es inadecuada porque deja de lado los principios “delante de Dios todas las personas son iguales”, “en nuestra relación con el prójimo todas las personas somos iguales”, “no se puede desarrollar la capacidad de amar a través de una negación absoluta de uno mismo sin destruir lo más sagrado que poseemos nuestra intimidad y nuestra individualidad”.


La visión antropológica es inadecuada porque como se afirma en EL PRINCIPITO, “lo verdaderamente importante es invisible a los ojos”, lo que entre otras cosas implica, que un conocimiento profundo de la realidad (que genere acción adecuada) sólo es accesible a través de las experiencias concretas mediante un descubrimiento personal que siempre se va profundizando y adquiriendo nuevos matices y contenidos y no a través de explicaciones de otros, dicho de otra manera a “amar sólo se aprende amando en libertad y sin temor”


La segunda pregunta que nos planteamos a propósito del libro es: desgraciadamente muchas veces veces cometimos abuso de poder cuando con prepotencia nos permitimos definir por el otro el curso de acción que le conviene seguir. Cometemos abuso de conciencia cuando replicamos en otros nuestras visiones de mundo en los demás haciendo que todos crean que es bueno pensar los mismo, reduciendo las diferencias humanas sólo a las físicas, desconociendo el ejercicio de la libertad y el espíritu crítico del otro. También lo cometemos cuando obligamos a otro a coincidir con nosotros en lo que es bueno o malo, cuando consideramos que las costumbres y las normas, aunque necesarias, son los principales indicadores de lo bueno y lo malo.


EN CONCLUSIÓN: TEMEMOS QUE EL ABUSO DE CONCIENCIA Y PODER SON UNA TENDENCIA GENERALIZADA EN EL SER HUMANO QUE DESGRACIADAMENTE MUCHAS VECES TIENE UN CAMPO PROPICIO PARA SU EJERCICIO EN INSTITUCIONES RELIGIOSAS.

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