DESESPERANZA APRENDIDA

 DESESPERANZA APRENDIDA

En el artículo anterior mencionamos el hecho que a propósito de la Convención Constitucional aparecieron nuevos términos para analizar los problemas políticos y como son de nuevo cuño aún sus significados no están establecidos ni se puede predecir la dirección de su evolución por lo que es imposible un voto plenamente informado para el plebiscito de salida. Al terminar introdujimos de sopetón la desesperanza aprendida, concepto que pasaremos a explicar ahora.


Viene de un experimento conductista en que se pone a un ratón en un tiesto con agua y para evitar ahogarse debe intentar salir de él, al comienzo ve la posibilidad de hacerlo de varias formas distintas pero a medida que va fracasando la cantidad de intentos disminuye hasta que al final abandona totalmente la lucha. Se saca el agua del texto al tiesto se le fabrican varias salidas directas y fáciles de usar sin embargo a pesar de ello el ratón perdida toda esperanza se abandona a su suerte. EL MIEDO AL FRACASO MATÓ TODA ESPERANZA Y TODO INTENTO DE CAMBIAR SU SITUACIÓN AGOBIANTE. ESO ES LA DESESPERANZA APRENDIDA, UN RASGO ADQUIRIDO MEDIANTE UN PROCESO DE EDUCACIÓN Y NO DE ENSEÑANZA.


La Constitución del 25 abrió un nuevo camino de esperanza para la convivencia nacional, a un grupo de chilenos les pareció que no era adecuado y volvieron llenar el tarro con agua con las disposiciones actualizadas de la constitución de 1833, (constitución de 1980) la rata humana empezó a nadar y cuando veía un agujero de dirigía hacia él, para después de la celebración en la plaza de la libertad darse cuenta que no era tal y afanosamente seguir usando el taladro, al fin, se aburrió y en lugar de quedarse inmóvil  EXPLOTÖ y según algunos exigió que se dejaran de hacer agujeros y en vez de eso se destruyera el tarro. Resultado plebiscito ¿se Botaba el tarro o No? Si, el tarro se bota: Resultado se eligieron los constituyentes. El pueblo los eligió tratando de dejar afuera a los ex constructores del tarro y a los manejadores del taladro y las   otras herramientas necesarias, pero se les colaron dos o tres aunque estamos seguros que no los  eligió el “pueblo” sino los de la metalurgia constructora de tarros. Pobrecitos durante todo el proceso han estado sometidos al suplicio de Tántalo.


Le quedan pocos días a los convencionales para terminar la construcción de su tarro y cosa curiosa los que se oponen alegan que el tarro es demasiado hermético, que no se le pueden hacer hoyos y que tampoco se puede cambiar, que qué pasará si la explosión de la pobre patita llega a ser inútil y se aprueba el rechazo. Sería terrible para ustedes y para nosotros. Por favor déjenme un lugarcito en el tarro donde yo pueda tener mi propio campo de manipulación, nosotros les aseguramos a ustedes que terminará creándose una nueva especie que se acostumbrará a vivir sin oxígeno, sin esperanza y a cambio nosotros manifestamos nuestro contento y alegría que ustedes tengan su parte del tarro. La proporción la discutimos después. 

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