análisis literario la ausencia de jerarquías característica esencial de las instituciones cristianas
ANÁLISIS LITERARIO: LA AUSENCIA DE JERARQUÍAS, CARACTERÍSTICA ESENCIAL DE LAS INSTITUCIONES CRISTIANAS.
En artículos anteriores he lamentado la traición de los cristianos a una propuesta esencial a una aspiración manifestada por el apóstol Pablo que en Cristo no existiera ni libre ni esclavo… ni hombre y mujer … porque esas barreras habían sido derribadas por el evangelio. Señalé como ejemplo mi sorpresa y mi satisfacción que el personal del CACH al que me integré estuviera compuesto por docentes y no docentes lo que me impulsó a replantearme mi función de educador en la que mi labor equivalía a sólo a una faceta de la formación que se tenía que complementar con otras.
Al final del proyecto Alsino organizamos una ceremonia para entregar las Licencias de Educación General Básica, la ceremonia fue invitado por la Directora del LLequén, el gobernador de la provincia de Nuble. Yo entendía que para las relaciones públicas de este centro su concurrencia era importante pero no comprendía que para un minúsculo grupo de profesores tuviera también que ser así. Por eso, me sorprendió y desagradó profundamente cuando llegó un encargado de la dirección de La Escuela a hacerse cargo de “atender” como es debido a tan alta autoridad. Si alguien debiera ser homenajeado eran las personas, ni siquiera los alumnos, que en ese momento recibían su diploma. Insisto eran personas, adolescentes en un caso, adultos en otro que habían llegado a una meta y que debían ser considerados como tales independientes que fueran infractores de la ley o jefas de hogar. Me molestó así mismo que alguien que cantó quisiera destacar el “mérito” de los adultos pues eso debía estar ajeno a la concepción de lo que habíamos hecho.
Por supuesto a la licenciatura de mi nieta de todas maneras iba a asistir. Sabía por antecedentes que tenía y que con preocupación venía observando que la institución que entregaba las licencias en la ceremonia no actuaría conforme a los ideales de una institución cristiana y esto se ratificó por la exaltación de la competencia, la glorificación y el culto a la personalidad de los dirigentes y las autoridades que conformaban la jerarquía de esa institución.
Aprovecho la oportunidad que me brinda escribir estas líneas para dejar constancia de mi profundo rechazo al concepto de liderazgo introducido en nuestras instituciones como motor de su funcionamiento que reemplaza al más prometedor y enriquecedor de administrados o al más integrados aún el de servidor y canalizados de los actos de servicio a Dios y la humanidad..
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