análisis literario educar es redimir

 ANÁLISIS LITERARIO: EDUCAR ES REDIMIR


En este intento de escribir mis memorias desde un punto de vista que pudiera interesar a mis nietos, a mis familiares, algunos ex-alumnos y algunos otros que les pudiera servir mis experiencias personales he elegido usar como foco de visualización y análisis los lemas “al servicio de Dios y la humanidad” y Educar es Redimir o su equivalente Redimir=Educar. En principio no tenía mayores problemas con el primero, pero sí con el segundo ¿Redimir=hacer religiosa a una persona? Demasiado estrecho. “Redimir=Transformar”,  transformar=redimir, Educar=transformar, transformar=educar, transformar=transformar? Si


Iba caminando por una calle de Chillán cuando frente a mí aparece la cara sonriente de una ex alumna ¿Me reconoce Señor Rodríguez?. Apuesto que no se acuerda de mí. Tuve que reconocer que no. Me llamo tal y tal y fui su alumna en Trastornos de Aprendizaje y me tocó hacer práctica en El Llequén y allí aprendí a ver a los alumnos como personas y a trabajar con alumnos en riesgo social y donde trabajo ahora lo sigo haciendo. Todo este tiempo he deseado volver a encontrarme con usted y agradecerle por cómo me enseñó a ver la educación (esos fueron los conceptos por ella emitidos aunque probablemente no con esas palabras) Le agradecí por sus amables palabras que tuvieron la virtud de reconfortar a un viejo jubilado.


Los recuerdos se agolparon en mi cabeza: El Llequén primero, El proyecto Alsino después. Además de hacer clases, dirigía seminarios en la carrera de Básica. Debo de haber estado en mi oficina cuando sonó el teléfono: era La Directora del Llequén que por recomendación de no sé quien me llamaba pidiéndome que colaborara en la solución de su problema: lograr que jóvenes desertores del sistema escolar y con problemas de ambos sexos terminarán su enseñanza básica y para eso debían transformarse en salas de clases las dependencias de la institución que ella dirigía. Me dijo que había hecho contactos con la Universidad del Bío Bío y con la Universidad de Concepción pero ellos no quisieron atender su solicitud. En resumen La Universidad Adventista era su última esperanza (díganle al huaso que es forzudo). Estupefacto le pedí que me diera 48 horas para darle una respuesta.


Lentamente me senté en el sillón con mis dos lemas retumbándome en la cabeza “Al servicio de Dios y la humanidad” y “educar es redimir”. Tocaron la puerta, por enésima vez dos alumnas de básica venían a solicitarme que les dirigiera su seminario de título: las miré perplejo. Se me iluminó la ampolleta. Saben yo aceptaría su petición siempre que ustedes estén de acuerdo con que yo determine el tema de investigación, acepten hacer una investigación cualitativa ocupando el modelo de investigación acción en la población que yo determine. Por supuesto me pidieron muchas explicaciones y les dije que el lugar era el Llequén un centro de rehabilitación de delincuentes menores de edad, desertores del sistema escolar, que debían descubrir la forma de reinsertarlos, hacerles clases basado en un plan de trabajo, evaluar su efectividad pedagógica y hacer un informe de los resultados el que constituiría la base para su examen de título. Después de decirle eso y otras cosas me quedé callado esperando  que me mandaran a freír monos a Huayaquil, pero mi asombro fue inmenso cuando aceptaron: los antecedentes que esas alumnas me aportaron fueron esenciales para que lo que se inició como un seminario, se transformara en el proyecto Alsino y después éste ampliara su campo de acción.


Educar es redimir o Redimir es educar: tomé el teléfono, llamé al Llequén y con inmensa satisfacción dije Señora Yerka, dos alumnas se pondrán hoy en contacto con para ponerse de acuerdo con usted para iniciar actividades en el centro que usted dirige. ¡Patudo grande!


CONTINUARÁ


Comentarios

Entradas populares de este blog

Algunas ideas antropológicas relacionadas con educación

ANALISIS LITERARIO LA DAMA DEL ALBA

Análisis literario: El reemplazante