Análisis literario El zoo de Cristal

 ANÁLISIS LITERARIO: EL ZOO DE CRISTAL

El ZOO DE CRISTAL es una obra dramática escrita por Tennessee Williams que básicamente tiene cuatro personajes: La madre, Los dos hijos y el supuesto pretendiente de la hija.

Se trata de la historia de una familia “venida a menos” que vive en el límite de la pobreza debido a que el padre los Abandonó y tienen que conformarse con el escaso sueldo que gana el hijo. Debido a eso la madre vive de la nostalgia de haber vivido tiempos mejores. El hijo soñando con viajar y escapar de un trabajo que siente opresivo y la niña encerrada en un mundo de fantasía en el que son piezas centrales unas figuritas de animales de cristal (El zoo de Cristal) y un viejo gramófono en que toca viejos discos de cantantes que ya pasaron de moda.

Para vivir una vida más cómoda la madre ve como única salida casar a la hija y de esta manera conseguir un nuevo proveedor para la familia, tarea muy difícil ya que ésta es una persona extremadamente tímida, con una tendencia a aislarse completamente del mundo y vivir en un mundo de fantasía en el que ella desarrolla toda su emocionalidad.

Debido a sus características personales la niña fue incapaz de terminar sus estudios y menos aún seguir algunos alternativos que le hubieran dado la posibilidad de integrarse a la sociedad. Cuando era niña debido a una curiosa equivocación lingüística ella logra relacionarse con el niño más popular de la escuela con quien se hace algunas ilusiones románticas que pronto abandona debido a la autoimagen que se había formado.

La madre le pide a su hijo que la ayude a encontrar esposo para su hermana. Este accede e invita a cenar a la casa a un antiguo amigo de su infancia que curiosamente resulta ser el joven antes mencionado. Al traerlo a la casa la hermana se niega rotundamente a relacionarse con él, pero el joven la busca, logra entablar conversación, ella debido a la amabilidad y la comprensión que le demuestra se abre a la posibilidad de abandonar su mundo y entrar a la realidad acompañada de su anfitrión. La intimidad de la joven aflora es recibida como un regalo por parte del joven pero este destello de luz desaparece cuando el pretendido pretendiente le confiesa a la familia que está comprometido con otra niña: los sueños de la hija se rompen y también se hace añicos el zoo de cristal. El hijo al igual que el padre abandona la casa.

Cuando uno se pregunta por la verosimilitud de la obra no puede dejar de recordar a una señorita que conocí cuando pagaba pensión en Doctor Carrillo, Temuco. Tenía las mismas características del personaje de Williams: observaba con mucha tristeza como pasaba la vida a su alrededor y no sé que opinaban los jóvenes de mí, pero como era el único que no pololeaba trataron de convencerme que lo hiciera con ella para traer algo de alegría a su vida. Yo me negué y pasó mucho tiempo y llegamos a ser buenos amigos. Su profunda tristeza nunca desapareció de sus ojos.

¿Habrá una mención anterior a esta de una autista en la literatura norteamericana?