Las fiestas patrias

LAS FIESTAS PATRIAS 


Quisiera decir viva Chile en un país en que no exista el odio disfrazado de democracia y que no estuviéramos sumergidos en la cultura del desprecio


Quisiera decir viva Chile en un país en que no se le atribuyera grandeza a héroes específicos que sólo son grandes porque ideólogos decidieron que fueran recordados en las escuelas aunque reconocemos que hicieron mérito  para ganarse su lugar en los espacios públicos corriendo peligros reales en batallas y guerras reales.


No queremos la independencia que hace siglos ganaron los aristócratas y los burgueses que estaban ascendiendo en la escala social. Queremos gritar viva Chile por la independencia de los patipelados a los que todavía no se les abre las puertas de la llamada “modernidad”


Quisiéramos gritar viva Chile en un gobierno formado mayoritariamente por patipelados tolerantes, dirigidos por patipelados tolerantes, capaces de auto ponerse límites en procura de un diálogo verdaderamente productivo, que podamos saber lo que piensan, que se consideren iguales los demás, pero no superiores y sean capaces de saltarse y aceptar todas las diferencias


Quisiera gritar viva Chile en que no tengan cabida los oportunistas que lo que más les interesa es lo material y no las personas.


Quisiera gritar viva chile donde pueda manifestarse la alegría de la gente simple, (los patipelados) su entusiasmo, su inagotabilidad, su optimismo, su confianza en el otro, su voz nueva y desconocida sus ideas claras, simples y directas, su renacer, su lucha, su creatividad frente a lo imprevisto, que estén convencidos que Chile necesitaba otro período independentista no aquel que según los eruditos merezca salir en los libros de historia sino uno que ayudara a reconstruir el país sin estatuas, sin calles que llevan un nombre porque actuaron convencidos que la grandeza de “la patria” debía ser obra de todos.


Quisiera gritar viva Chile si la divergencia existente en el país no esté llena de tristeza, miedo terror, mutismo, desesperanza, de la creencia de  imposibilidad de tomar su destino en sus manos, su desconfianza, su necesidad de un salvador, incapaz de manifestar fervor o entusiasmo porque su convulsionado mundo se ordenaba a su alrededor no por ingerencia suya  sino por la de sus representantes que nunca serían sus iguales porque siempre serían superiores a ellos.


Quisiera gritar viva Chile cuando existan personas capaz de decirle a un presidente auto impuesto párele, deje de abusar de su poder, pararse frente al poder judicial, recordarles a los jueces que ellos estaban para proteger a los más débiles y que la justicia implica más que imponer la ley, enseñarles a los magistrados a investigar a pesar de los obstáculos, hacerse doctores en los resquicios legales, luchar contra la impunidad ayudados por una imaginación incansable que en las leyes como estaban redactadas hasta ese momento existía oportunidades de salvación.


Quisiera gritar viva Chile por los “chismosos”, los que estaban sl cateo de la laucha “sabes XX XX, está en el lugar XX, yo mismo lo escuché cuando pasó por una puerta entreabierta y dijo díganle a mi familia que XX XX está en XX y que lo van a trasladar a XX, avisen a XX.


Quisiera gritar viva Chile porque siempre existan en nuestro país las madres XX, anticomunistas haciendo filas en las plazas en los regimientos que estaban frente a ellos, o en las veredas cuando éstas no existían dispuestas a todo por salvar a su hijo XX, del pelotón de fusilamiento.


QUISIERA CELEBRAR LAS FIESTAS PATRIAS PORQUE EN CHILE LOS COBARDES MORALES Y LOS INDIFERENTES FRENTE AL DOLOR Y LA INJUSTICIA SOBRAMOS

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