el desconcierto de los chilenos

 EL DESCONCIERTO DE LOS CHILENOS


En aquel tiempo con motivo de una visita a Santiago, un primo, me invitó a conocer La Moneda, a pasearnos por su interior, con un revolver en los bolsillos, yo le dije que estaba loco pero el me convenció que Chile era un país único en el mundo así que fuimos, al terminar nuestro recorrido, sin que se produjera ningún incidente, no pude manos de sentirme orgulloso ser chileno.


Hoy día no somos únicos y la Ministra del Interior que a lo mejor lo pensó tuvo que abandonar rápidamente el gobierno. El otro día teníamos que ir al centro de la ciudad así que le dijimos a nuestra chofera que nos dejara a seis u ocho cuadras, pero como teníamos que pasar por el mercado ella se negó a aceptar nuestro pedido: creo que tuvo miedo que nos asaltaran aunque mi pinta de patipelado y carencia de un porte digno lo hacían improbable.


No queremos negar que la delincuencia y la violencia en todas sus formas, en todos sus niveles han aumentado considerablemente en Chile, lo curioso en estos momentos es el lenguaje que se usa: a ambas se le aplica indistintamente los términos delincuencia y terrorismo confusión que la mayoría de las veces  aparece en las sociedades cuando están próximas a un golpe de Estado o a una convulsión social de mayores proporciones.


Los chilenos y chilenas tenemos miedo y hemos perdido la fe y la esperanza como consecuencia lógica de lo que está ocurriendo, o provocado por determinados intereses que nos lleven a aceptar con gusto lo que durante años hemos aprendido a repudiar, como es el caso de otros países de América donde ha aparecido la “dictablanda” genial invento del régimen militar chileno: Empezamos con una macrozona (militar)  ya tenemos dos y a un montón de comunas clamando ser integradas en las existentes o que puedan formar una propia. El gobierno ha tratado de localizar los problemas pero los dirigentes locales ha universalizarlos y de esta manera no se pueden resolver. Parece que no nos damos cuenta que lo que puede estar en juego es la democracia no la chiquitita sino la grande con mayúscula. 


Los numerosos intentos de diversos gobiernos, de diversos signos no han podido encontrar una solución a estos problemas que cada día se agravan más, esperamos que la solución que se encuentre posea a costa de los derechos de las personas que con tanto esfuerzo se han adquirido.

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