a qué llamamos democracia 2

 ¿A QUE LLAMAMOS DEMOCRACIA 2?

En un artículo anterior afirmamos que a la aprobación de la constitución de 1925 siguieron una serie de convulsiones políticas (incluso un golpe de Estado) originadas por las fuerzas que se oponían a su entrada en vigencia y afirmábamos que si se aprobaba la nueva en Chile podría suceder algo similar, nuestra tesis no pudo ser puesta a prueba pues ganó el rechazo, pero el intento de rescatar algunos aspectos considerados importantes y el hecho de que el actual presidente fuera partidario de la aceptación ha tensionado permanentemente el ambiente político.


Las derrotas de gobiernos de derecha, de ultra derecha o una combinación de ambos (este último caso corresponde a Chile) ha provocado en estos sectores y en diversos países de América las siguientes reacciones: golpes de estado disfrazados de recuperación de la constitucionalidad, violencia y desórdenes públicos causados por los electores derrotados, desconocimientos de la legalidad de los triunfos electorales, acusaciones de diversa índole, entorpecimiento legislativo, acusaciones constitucionales, desconocimiento de las constituciones que contienen elementos contrarios a la “santificación de la democracia”, etc. Lo que está claro es que la ultra derecha usando todos los medios legítimos o no no va a aceptar la instauración de un gobierno de izquierda en esta parte del planeta.


Chile no está ajeno a estas convulsiones políticas y sociales como lo demuestra el funcionamiento del poder legislativo y según nosotros dos pueden ser las explicaciones de este fenómeno que en América se va a hacer general: la primera es el debilitamiento de la idea que la democracia se fortalece con el gobierno de la(s) mayoría(s) cuando en realidad es que lo hace cuando la visión de las minorías está legítimamente presente en la sociedad. La segunda es la desaparición de la conciencia colectiva de la creencia en “el bien absoluto” fundado en la razón y su reemplazo por la(s) verdad(es) relativas fundado en las emociones y las motivaciones humanas.


NECESITAMOS UNA DEMOCRACIA  EN QUE EXISTA LA EFECTIVA PARTICIPACIÓN CONJUNTA DE LAS MAYORÍAS Y MINORÍAS Y UNA NUEVA APROXIMACIÓN AL BIEN COMÚN PRODUCTO DE UNA EXPERIENCIA COMPARTIDA Y NO DE UN APEGO A ABSTRACCIONES IDEOLOGICAS QUE DEFORMAN Y MUCHAS VECES ENCASILLAN INNECESARIAMENTE A LA REALIDAD.

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