y ahora qué 2

 Y AHORA… ¿QUÉ? 2


En el artículo anterior explicábamos el gran porcentaje obtenido por el rechazo principalmente por la falta de un centro político de carácter laico que sirva como espacio de amortiguación entre los sectores en pugna y también como instancia de diálogo y encuentro entre los sectores real o artificialmente en pugna y también proclamábamos el fin del gobierno del actual  presidente en el sentido de que muchos aspectos programáticos deben ser dejados de lado para que su mandato tenga algún sentido.


Para algunos damnificados (según la definición del diccionario) del golpe militar y la dictadura el ascenso de Boric al poder implicó un renacer de las esperanzas e ideales que teníamos los que estábamos en el rango etario de 15 a 30 años cuando esta desgracia colectiva (para nosotros), ocurrió; pero esta tremenda fuerza motivacional desapareció cuando ganó el rechazo hundiéndonos nuevamente en la invisibilidad y el olvido del cual seguramente no nos podremos recuperar en el tiempo que queda de nuestras vidas.


El grupo de los que optamos por el apruebo está formado por grupos con matices muy distintos entre los que destacamos aquellos que creen en la efectividad del diálogo por los caminos y formas tradicionales, los que no creen en este tipo de diálogo y los que apuestan a la violencia e ilegalidad. Sólo los primeros pueden servir como sustento político al gobierno actual, los segundos y los terceros serán permanentemente opositores a la acción política de este y a la derecha, por lo que el gobierno aún transformándose en uno de centro no va a estar exento de conflictos con la mayoría de los chilenos, sobre todos con aquellos de diferente signo políticos con mentalidad adquirida no por la evaluación de las circunstancias sino por un accionar guiado por principios que se han mantenido inalterables desde el setenta y tres a la fecha. Quizás el único mérito que le podríamos reconocer al presidente después que termine su mandato sea la construcción de ese centro político laico que mencionábamos antes.


Desde el punto de vista de un profesor de lenguaje me resulta interesante la aparición de un subgénero del género dramático: la perfomance (no sé cómo terminará escribiéndose si es que logra afianzarse como producto cultural) producto de las actividades del segundo grupo que mencionábamos antes. Este tipo de “actuaciones” con una fuerte carga emocional en nuestra opinión pretenden visibilizar lo invisible, expresar lo inexpresable, mostrar lo inmostrable, subrayar las ataduras simbólicas. Es por eso que dejamos fuera de él, todo lo que pudiera constituir la literatura o música de protesta.


Al parecer en Chile (hablo como chileno) las formas de expresión grupales que están surgiendo y que quieren tomarse la audiencia o cierto tipo de audiencia son las escandalosas y las infamantes, las dos cobraron auge durante el gobierno militar, siguieron fortaleciéndose después y hoy día son tradicionalmente aceptadas en la sociedad chilena, logrando un cierto grado de normalización  y es entre las primeras que surge esta nueva forma literaria y lo curioso es que entre los que provoca más rechazo son aquellos en que la infamia se ha normalizado.


EN CHILE ESTÁ SURGIENDO UNA NUEVA ANTROPOLOGIA (nueva manera ideológica de estar el hombre en el mundo) Y AGREGAMOS NOSOTROS UNA NUEVA EPISTEMOLOGÍA (nueva forma de conocer y darse a conocer) FRUTO DE ESTA ULTIMA SON LAS PERFOMANCES, INCOMPRENSIBLES DESDE LAS ANTROPOLOGÍAS Y EPISTEMOLOGÍAS ACTUALES QUE (todas conservadoras y opuestas al cambio) ATADAS POR SIGLOS DE TRADICIONES NO SIRVEN PARA COMPRENDER Y DIALOGAR CON LA MUJER Y EL HOMBRE ACTUAL Y MÁS ENCIMA LOS VULNERAN Y LO DAÑAN Y LO CONDENAN A LA SOLEDAD Y AL OSTRACISMO.

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