CARTAS A MIS NIETOS 4

 CARTA A MIS NIETOS 4


Queridos nietos; he intentado ordenar de alguna manera mis reflexiones para entregárselas a ustedes y he encontrado hasta ahora que la mejor manera es darles un formato carta así en cada una de ellas puedo tocar un tema específico.


Desde que era pequeño se me inculcó el desprecio por los analfabetos, por los ignorantes y los incultos. Cuando aprendí a leer mi sorpresa fue grande cuando al leer historias en las que estaban involucradas personas que no sabían leer me di cuenta que sus pensamientos, sentimientos y actitudes eran las mismas que otras que no lo eran. Mi asombro fue inmenso cuando un analfabeto parado frente a un castillo de madera podía decir exactamente cuántas pulgadas había: resultaba entonces que no eran ignorantes, ni incultos y su manejo del lenguaje era tan bueno como el que más. Mas adelante el conocimiento de la riqueza de la tradición popular confirmó mi opinión. 


No dejo de observar que entre ambos tipos de lenguaje hay diferencias, el de los “cultos” y los “sabios” es mas “refinado” (se le ha pasado el escobillón de la norma, que permite ser a unos lo que otros verdaderamente son, lo que permite a algunos introducirse en el mundo de la apariencia, la mentira y el abuso y a todos muchas veces en la artificialidad de una realidad sin vida en la que el cambio y lo dinámico muchas veces se frena alegando espurias razones.


Vamos a poner varios ejemplos para intentar dar una idea de lo que queremos decir: En localidades campesinas a veces se puede tener la oportunidad de escuchar a un cantante popular y maravillarse por la música y la letra de lo que está cantando, usted puede pedirle que escriba la letra de su canción, lo hace y usted gracias a los prejuicios que se le han metido hasta por los poros pierde toda la magia: el escrito está lleno de faltas de ortografía y sin embargo para el que escribió es la misma canción. Todos sabemos que el pueblo mapuche no posee lenguaje escrito sin embargo la posesión de tierras estaba claramente definida entre ellos, mientras el ejercito chileno los acorralaba contra cordillera y mar, los iba despojando de ellas, y las redistribuía. ¿sabían a quien les estaban robando? No, ni siquiera les importaba. Padres analfabetos conscientes de la importancia social de la educación formal, envían a estudiar a sus hijos, que terminan despreciándolos porque los falsos conceptos de educación y sabiduría se les había introducido por los poros. Cualquier persona que no tiene enseñanza básica tiene casi nulas posibilidades de empleo. Los analfabetos pueden votar en Chile sólo a partir de 1972.


Queridos nietos:


Consciente de estos problemas durante el ejercicio de la docencia intenté llevar a cabo un programa para analfabetos y fracasé, un programa de regularización para que pobladores obtuvieran su licencia básica y tuve un relativo éxito y un programa de similares características para infractores de la ley dependiente del SENAME de relativo éxito en el plano intelectual, pero que considero exitoso en otros planos. Creo sinceramente que cada persona debe contribuir con su grano de arena para disminuir la brutal discriminación que existe en Chile.

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