CARTA PARA MINIETO

 CARTA PARA MI NIETO (PRIMERA)


Como este último tiempo me has hecho varias preguntas acerca de mi posición política, y a mi me interesa irme de este mundo no como un perfecto desconocido para ti, en dos breves reseñas pretendo explicarte esta faceta de mi personalidad. La primera va desde mi nacimiento hasta el estallido social. La segunda pretende presentar antecedentes de este estallido y algunas consecuencias que creo que se derivan  de del.


Yo nací en 1946 y por supuesto en mis primeros años no sabía mucho del mundo social y político del mundo y menos de Chile, durante la primera mitad de la década del 50 mi mente se llenó de relatos de la segunda guerra mundial y en la segunda de las épicas batallas que libraba una facción (los que se autodenominaban falangistas) contra su partido de origen: el conservador,  grupo que mas adelante pasó a constituir la democracia cristiana. 


Mientras estuve en el campo  mis intereses políticos se resumían en alegar contra la gestión de Ibañez con los administradores del Molino Allipén que sonreían irónicamente ante el atrevimiento de un niño que se atrevía a opinar sobre política, Ya en Temuco participaba entusiasmado en los movimientos estudiantiles que se encargaban de fastidiarle la vida a Jorge Alessandri y posteriormente me transformé en un admirador de Eduardo Frei Montalba, cuyo gobierno seguí atentamente un poco motivado por mi padre que se le ocurrió postularse para edil de la comuna de Freire de la cual llegó a ser alcalde durante dos periodos carrera política que fue interrumpida por Pinochet amparado por la dictadura militar. Como dato curioso quiero apuntar que fui apoderado de mesa y que mientras se conocían los resultados con papel y cifra repartidora en mano seguía las alternativas que el conocimiento; y otro poco por las oportunidades de participación popular y Reforma Agraria que ofrecía.


Al término del gobierno de Alessandrí con mucha otros jóvenes celebramos un cambio de época con la que creímos la muerte definida de la derecha y a lo mejor con ellos mismos vimos con asombro cuando Frei se retiró de la Moneda para ser reemplazado por Salvador Allende con quién volvían las esperanzas y según algunos de nosotros aparecía un nuevo comienzo de la instauración de la justicia social.


Lo curioso es que a Allende para poder asumir el cargo se le exigió que firmara un estatuto de Garantías Constitucionales, instalándose desde ese momento en Chile, una discusión que dura hasta hoy, sobre cual comportamiento político correspondía o no. El gobierno  de la Unidad Popular se instaló en Chile, pretendiendo llevar a cabo profundas reformas teniendo como meta la instauración de la justicia social. Yo  participé activamente en la Reforma Universitaria desde el movimiento estudiantil en la Universidad Católica sede Temuco con la esperanza de contribuir a la formación de un sistema educacional mas inclusivo, menos discriminativo, mas justo y que ofreciera más amplias oportunidades. Todo ello empezó a derrumbarse cuando el Congreso y el Poder Judicial declararon inconstitucional al gobierno lo que lcondujo a las FF.AA a dar un golpe de Estado que terminó con la instalación de los militares y la derecha en el poder.


Barrieron con todo: Reformas, Instituciones, personas, estilo de vida, lenguaje y crearon sentaos en sus oficinas, en su más prístina forma el modelo neoliberal que rige hasta hoy, para ello instalaron los mecanismos represivos adecuados, elaboraron y aprobaron una constitución relativamente corta, tras la cual se esconden mañosamente el meollo el fondo: las 17 leyes orgánicas constitucionales destinadas a determinar hasta el mínimo comportamiento del ciudadano chileno, además de configurar un gobierno predominantemente presidencialista.


Diecisiete años les tomó consolidar el modelo, después de los cuales un plebiscito los obliga a abrirse a una democracia protegida, (obligación irrestricta a actuar conforme  a la constitución del 80) situación que se prolonga hasta hoy (2021) en que está en el poder un gobierno de derecha presidido por Sebastián Piñera.


Después del golpe militar fui obligado a permanecer en la universidad católica sede Temuco (curiosamente la llamábamos Universidad de la Frontera) hasta el fin de año, para posteriormente incorporarme como misionero al sistema educacional adventista, dejando de lado, hasta ahora, toda acción política. En octubre del 2019. Como todos o mas que todos fui sorprendido por el estallido social, movimiento sin banderas, sin pliego de peticiones, en el que únicamente quedaba claro que pretendían llamar a retiro a todas las fuerzas políticas.


Varias personas han interpretado este hecho como el fin del modelo liberal, el que sería reemplazado por una nueva constitución, cuestión a la que no referiremos en la segunda parte.

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