Relación gobierno oposición

 RELACIÓN GOBIERNO OPOSICION

Sobre el enfrentamiento de la pandemia en Chile, no hay mucho que decir salvo que parece que gobierno y oposición no tienen claro para qué se debe usar la información y tampoco cómo se debe enfrentar sus efectos, claro que para ser sincero nosotros tampoco.

En este momento el oficialismo parece estar unido mientras que la oposición no fenómeno que se ha repetido innumerables veces en Chile por lo que no es novedosa tampoco la forma en que se da esta división: centro izquierda, frente amplio, partido comunista. Lo nuevo en las relaciones gobierno oposición es la razones que se dan para que no se produzca un acuerdo que en estos momentos se visualiza como necesario: el gobierno se mueve por razones estrictamente políticas mientras la oposición únicamente morales.

Un cientista político dijo que la solución era que la oposición se aviniera a considerar los aspectos políticos para darle un espacio de maniobra al gobierno. No dijo nada si este debía considerar los aspectos morales.

El estallido social de octubre si bien planteó cuestiones económicas (que son de las que se ocupa la política) no las separó en ningún momento de las morales por lo que si el gobierno mantiene su posición el entendimiento con los actores de octubre es improbable. Por lo tanto deberá seguir gobernando únicamente con la centro izquierda, o sea, la misma situación que posibilitó el golpe militar.

La división de la realidad en bloques propiciada por la ley orgánica constitucional de partidos políticos no es funcional a la gran diversidad que hoy día existe en Chile y sólo puede provocar el aumento de la violencia al dividir al país en buenos y malos, por lo que es una situación que debe cambiar. El público se ha acostumbrado a pensar que el cambio que debe hacerse se refiere sólo a la constitución del 80 (que aunque ha sido cambiada en varios aspectos en lo fundamental es la que rige) aunque realmente la mayoría de las alrededor de 17 leyes orgánicas constitucionales tienen más importancia que esta ¿elaborar una nueva constitución implica también dejar de lado o al menos el compromiso de adecuar estas leyes a la nueva institucionalidad. Si así no fuera todo este proceso es una farsa y un engaño.

La defensa de parte del oficialismo de la constitución del 80 tiene como trasfondo razones que ojalá salgan a la luz en esta etapa previa al plebiscito