A propósito del coronavirus: el debate constitucional

 A PROPÓSITO DEL CORONAVIRUS: EL CAMBIO CONSTITUCIONAL


En el mes de los asesinos nuestra voz enmudece recordando tanto abuso, tanto dolor y muere. Por estos mismos días se han desatado las campañas de apoyo y rechazo a la constitución.


Los que hacen historia afirman que la primera constitución fue la Carta Magna del año 1215 en que la nobleza inglesa puso límites al poder real. En Chile la primera de diez textos constitucionales fue la de 1811 y la última la de 1980. Todas las constituciones que han existido en Latinoamérica tienen en común el poner fin a los abusos que en nombre del Estado cometían los grupos en el poder, por eso el rechazo a una vigente es un claro indicador de injusticia social y en todas las ocasiones los opositores al cambio son exactamente los mismos y por las mismas razones: defensa de privilegios y prebendas.


En forma elegante, noble, piadosa  y distinguida la existencia de una constitución aceptada por todos permite a pomposos dignatarios (que por supuesto se la han conferido ellos mismos) afirmar que vivimos en el mejor de los mundos en el estado de derecho que sólo es lo mejor para unos pocos perno no para la mayoría.


La inexistencia durante más de 5000 años de constituciones señalan su inutilidad y su nula contribución a la organización social. Su existencia por el contrario medica claramente para los bien intencionados cerrar los ojos frente a cuestiones evidentes


  1. No existe un orden social objetivamente mejor que otro
  2. No existen estados de algo sino procesos
  3. No existen personas que posean la verdad
  4. No existen personas que carezcan de derechos 
  5. Ninguna ideología tiene derecho a perdurar eternamente en el tiempo
  6. El cambio y la transformación es el rector de la configuración de la realidad
  7. El diálogo, el consenso, el acuerdo y el intercambio son los motores de la vida


Hay órdenes sociales que son causa de muerte. El coronavirus es causa de muerte. Para combatir el coronavirus nos echamos al bolsillo la constitución ¿por qué no hacer lo mismo para combatir la muerte que causan ciertos órdenes sociales?


Insistimos las constituciones son innecesarias cuando limitan la plasticidad del comportamiento humano. Luchemos por realizaciones concretas y no por ideas. Es tiempo que las abstracciones se hagan a un lado y dejen surgir la vida. No es por casualidad que partidarios de la muerte apoyen la constitución del 80 y que sean precisamente aquellos que le han perdido el respeto al otro ser humano como lo muestran recientes hechos ocurridos en Temuco.


Por supuesto personalmente rechazo la constitución del 80 porque ha sido un gran obstáculo para la constitución de Chile como nación pero su reemplazo por otra no es la verdadera solución del problema sino el inicio

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