El sujeto de la educación 1


EL SUJETO DE LA EDUCACIÓN 

Antes de continuar nuestras reflexiones nos ha parecido imprescindible caracterizar al sujeto de la educación para poder precisar aspectos fundamentales de ella. Dividiremos este capítulo en varios apartados: 1. Creados a imagen y semejanza de Dios, dignidad humana y autoestima.

  1. CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS, DIGNIDAD HUMANA Y AUTOESTIMA.

  1. CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS

Para empezar queremos hacer dos precisiones importantes: 1. Éstos conceptos corresponden a opiniones personales basadas en La Biblia por lo que suponemos que no la contradicen 2. Solemos reflexionar basados en qué pensar, sentir y actuar son aspectos distintos de la realidad cuando efectivamente son dimensiones inseparables de un mismo fenómeno.

En La Biblia se dice que Dios decidió crear al hombre a su imagen y semejanza, lo que implica, según lo que dijimos antes que lo creó capacitándolo inicialmente para pensar, sentir a actuar semejante a Él pero con una menor amplitud y profundidad, aunque no con un grado menor de perfección. 

Uno de los aspectos que más nos llaman la atención es que la mujer y el hombre pueden crear vida a su imagen y semejanza, es decir así como Dios crea al hombre para que se parezca a Él, los seres humanos engendran hijos esperando que sean semejantes a ellos y no a otros seres vivos. esta imagen y la semejanza es la que le permite al hombre andar por el camino de la vida, el deterioro de ella lo hace andar por el de la muerte. La mayoría de los cristianos creen solamente que se dirigen hacia la vida cuando en realidad el gozo de la vida no sólo es futuro sino también presente. En este sentido el pecado de Adán y Eva es el primer suicidio registrado en La Biblia.

Dios es responsable del hombre porque los creo y les dio una vida semejante a El, los hombres son responsables de sus hijos o de otros porque les dio una vida semejante a ellos. Estas dos semejanzas constituyen el fundamento del comportamiento ético. Esto es así porque  el ser humano no sólo da vida cuando engendraba otro, sino también da vida mediante sus interrelaciones con el entorno, con sus semejantes y en el ejercicio de su mayordomía. La imagen y semejanza del hombre con Dios le proporciona al ser humano herramientas para vivir plenamente su vida, la imagen y semejanza que un ser humano  genéticamente transmite a otro, además de hacerlos semejantes unos a otros hace posible que también las nuevas generaciones  posean la imagen y semejanza de Dio, lo que debiera constituir el único fundamento de la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos y entre el hombre y la mujer pues La Biblia declara que ambos fueron hechos a imagen y semejanza de Dios.

    1. DOTADOS DE UN DIGNIDAD ESPECIAL

Cuando uno consulta en el Diccionario de la Real Academia Española el término  digno se encuentra con los siguientes resultados que queremos resaltar: merecedor de algo, de calidad aceptable, que se comporta con dignidad, y se complementa estos significados con los relacionados con los del término dignidad que apuntan a excelencia y realce.  De todos ellos nos interesa aquellos que apuntan a calidad aceptable y excelencia. Calidad y excelencia que debe ser en primer lugar aceptable por supuesto para Dios que implica también la posibilidad de que sea aceptable para otros seres humanos.

¿Qué tipo de comportamientos pueden cumplir con estas exigencias: aquellos de son el resultado de la restauración de la imagen y semejanza de Dios en el ser humano.

La imagen y semejanza de Dios en el ser humano se puede deteriorar e incluso perderse en una persona mediante las decisiones que implementamos o la aceptación de complicidad con la implementación de las propuestas de otros que contribuyen a la pérdida de la calidad de vida de esas personas interfiriendo en las relaciones con el entorno, desvirtuando y/o destruyendo o impidiendo el desarrollo de las capacidades con las que Dios dotó al hombre.

En mucha literatura educacional se habla de los procesos de humanización del ser humano que lo hacen digno y que no son otra cosa que el desarrollo y restauración de la imagen y semejanza de Dios.

    1. POSEEDORES DE UNA AUTOESTIMA PERFECTA

Anteriormente hemos relacionado imagen y semejanza con dignidad humana,  hecho  esto la relación de la autoestima con estos dos conceptos surge naturalmente, pues no puede haber una mejor que aquella que está basada en la práctica del bien y el amor que es el propósito de Dios al crear al ser humano a su imagen y semejanza.

Recordemos que La Biblia dice Dios es amor y que Jesús complementa esta idea al afirmar yo soy el camino, la verdad y la vida y porque la del ser humano no se agota con el mero hecho de existir o dejar de hacerlo como estamos acostumbrado a pensar continuamente sino que se enriquece creando vida o enriqueciendo la propia y la de los demás.

Comprender en qué consiste la imagen y semejanza de Dios en el hombre, como se desarrolla y como se restaura es un requisito previo que todo educador debe cumplir si quiere no ser un mero instructor y anhela alcanzar la estatura de un verdadero educador.





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