El concepto de educación

EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN

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Cómo debemos analizar el término educación en varios niveles nos parece natural empezar en un primer con lo que dice El Diccionario de la Real Academia Española, que recoge las acepciones que la gente le ha dado al término, allí aparecen cuatro definiciones 1. Acción y efecto de educar 2. Crianza, enseñanza y doctrina que se le da a los niños y a los jóvenes 3. Instrucción por medio de la acción docente 4. Cortesía, urbanidad.

Como la primera definición no nos resultaba completa volvimos a recurrir al diccionario para buscar ahora el término educar: de la cual queremos destacar los aspectos que no se repiten en la anterior y que son: 1. Dirigir, encaminar, doctrinar 2. Desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Educar la inteligencia, la voluntad 3. Perfeccionar o afinar los sentidos. Como conclusión entonces hemos llegado a visualizar siete aspectos dentro del concepto de educación, que queremos analizar a continuación viendo sus limitaciones y ventajas con el fin extraer una conclusión final que nos permita sentar la base para futuras reflexiones.

A pesar que la primera definición parece un juego de palabras, no nos conviene pasarla por alto ya que señala que se refiere simultáneamente a una acción (causa) y a un efecto que no se pueden separar pues se dan simultáneamente. No tomar en cuenta esta innegable realidad entrampó a la educación formal en una estéril discusión en la que se intentaron separar los objetivos de los contenidos como si pudieran existir los unos de los otros y además se distorsionaron los fines que el fenómeno conlleva.

El segundo concepto nos aporta nuevos aspectos como el que la educación contribuye un aporte al crecimiento y al desarrollo, es más “crianza” nos indica que este fenómeno es un aporte fundamental para la vida. Por otra parte “enseñanza” nos hace pensar qué hay alguien en mejor posición para algo (el que enseña) que otro (el que aprende). El que enseña debe ser un experto, de otra manera no podría conducir un proceso de calidad pues si bien puede plantearse intenciones educativas (fines, objetivos) no sabría cuando llegó a la meta, ni cuando detenerse para dejar de ser redundante. Por último la palabra “doctrina” nos lleva a reflexionar en que cualquier enseñanza que se transmite responde a un modelo, a un paradigma, a una configuración que comporta una propuesta para actuar de determinada manera basada en supuestos subyacentes que muchas veces no se explicita y que por lo tanto la pretensión de objetividad de la educación carece de fundamentos. Lo que no necesariamente es negativo pero que siempre hay que tomar en cuenta.

Si bien el primer y segundo concepto se puede aplicar a todo tipo de educación, el tercero sólo a la formal ya que supone la acción de un profesional de la educación (el docente) sobre alguien que para ciertos niveles tiene la obligación de aceptarla y soportarla (el alumno) Lo curioso de esta acepción es que es sólo descriptiva y no se molesta en explicitar ni el qué, ni el por qué, ni el para qué, dejando en manos de alguien externo estas importantes definiciones. De hecho se ha separado algo tan vital como es la formación de la persona de la vida misma. Asunto en que profundizaremos más adelante.

El cuarto concepto que nos aporta la RAE, señala implícitamente un aspecto que de alguna manera siempre estuvo presente  en el fenómeno educativo y en todos los sectores sociales  pero que fue despojado de sus matices “democráticos” para hacerlo exclusivo propio de un grupo social despojándolo de sus matices naturales, haciéndolo un instrumento de discriminación social: la cortesía (que señala que unos tienen derecho a ella y otros no) y la urbanidad que se refiere a los rituales que para las relaciones interpersonales corresponden a las comodidades de la ciudad.

Curiosamente los otros tres significados que agregamos presentan una visión sino mucho más amplia y posible de ser relacionada tanto con la educación formal como con la informal, con más opciones de respeto por la libertad de las personas ya que de alguna manera suponen una cierta colaboración del alumno: 1. Para dirigir a alguien se necesita que éste acepte ser dirigido. El encaminar da la opción que se elija el camino por donde ir 2. Educar la inteligencia y la voluntad permite el descubrimiento no sólo del significado sino también del sentido que para los seres humanos tienen el mundo y las relaciones en las que las personas están inmersas. Perfeccionar o afinar los sentidos supone enfocar la educación abierta no tan sólo a distintas concepciones de mundo sino también a la inmensa variedad en la sensibilidad y a la capacidad creativa del ser humano.

Como síntesis de esta primera aproximación al concepto de educación hemos descubierto que existen dos tipos de educación la formal y la informal y que la primera está menos relacionada con la libertad y el enriquecimiento de las personas que con la segunda y que la segunda es más abarcaste, presupone mayor complejidad que la primera.

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En esta segunda aproximación conceptual al concepto de educación profundizaremos en la tercera acepción del Diccionario de La Real Academia española que dice 3. Instrucción por medio de la acción docente en la que se supone la existencia de un sistema en que las intenciones e incluso lo que es educativo o no se define exteriormente al alumno.

Desde el punto de vista etimológico educación se puede entender de dos formas 1. Como el desarrollo de las potencialidades del sujeto  basado en la capacidad que tiene para desarrollarse. Subyace en esta definición  la al individuo. Subyace en esta acepción una función adaptativa y reproductora porque lo que se pretende es la inserción de los sujetos en la sociedad mediante la transmisión de contenidos culturales.

A pesar de los intentos de conciliar ambas visiones (que no tienen que ser irreconciliables) el predominio de la segunda en los sistemas educacionales es abrumador, perdiéndose por eso mismo la visión del alumno como sujeto transformándose en un objeto, preparándole para determinados fines a los que no tuvo muchas posibilidades de optar.

Julián Luengo Navas intentando conciliar ambas posturas dice que la educación es un proceso humano de perfeccionamiento vinculado a determinados valores sociales que utiliza influencias intencionales y que tiene como finalidad la individualización y la socialización del individuo.

Delos cinco aspectos mencionados por Navas tres parecen estar claros en la mente de aquel que cumple la función de educador y por lo tanto sólo queremos resaltar dos: 1. Que la educación es un proceso humano de perfeccionamiento y 2. Que está vinculado a determinados valores sociales. 

Para profundizar en el primer aspecto podríamos tomar como referencia la definición de José Manuel Touriñán López, “Educar es básicamente adquirir en el proceso de intervención un conjunto de conductas que capacitan al educando para decidir y realizar su proyecto personal de vida y construirse a sí mismo utilizando la experiencia axiológica para dar respuesta de acuerdo con las oportunidades a las exigencias que se plantean en cada situación ; se trata de que el educando adquiera conocimientos, actitudes, destrezas-habilidades-hábitos, que lo capacitan desde cada actividad interna: pensar, sentir afectivamente, querer, elegir-hacer, (operar), decidir-actuar, (proyectar), y crear, (construir-simbolizando) , y desde cada actividad externa: (juego, trabajo, estudio, profesión, investigación, relación), para elegir, comprometerse, decidir y realizar sus proyectos, dando respuesta de acuerdo con las oportunidades a las exigencias que se plantean en cada situación; en que quedan definidas áreas de perfeccionamiento humano como 1. La de adquisición de conocimiento, destrezas y habilidades 2. Procesos internos 3. Procesos externos 4. Concretización de su proyecto de vida; aspectos que por falta de información, descuido o negligencia no le hemos dado la importancia que se merecen.

Para visualizar la importancia de los valores sociales sociales que debe tener la educación tenemos que recordar que el sistema educacional es de nueva data: un poco más de tres siglos y que se empezó a estructurar con la aparición de las nacionalidades y que no fue hasta el fortalecimiento del Estado moderno que adquirió la importancia que tiene hoy, que le permitió desplazar  a las otras formas de educación existentes anteriormente.

Es tanto el prestigio y la valoración que en las diferentes sociedades occidentales ha adquirido la educación formal que cualquier persona que no ha pasado por ella es infravalorada y el conocimiento adquirido por otros medios no se toma en cuenta y se termina despreciando, discriminando y ocultando formas y estilos de vida que a veces corresponden a los adoptados por sectores importantes de la población de un país desde el punto de vista cultural. 

Estas  dos especificaciones que son comunes a muchas definiciones de las cuales la primera  generalmente no se concretiza en la realidad y la segunda sólo se usa como una barrera para impedir la participación social y defender privilegios adquiridos ha dado como resultado restarle  importancia a otros procesos que son tantos o más importantes que éstos como son los informales, los que incluso se los ha ignorado y dejado de lado en mucha de las más importantes investigaciones educacionales.

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Al analizar y reflexionar sobre las distintas conceptualizaciones de educación echamos de menos la ausencia de un elemento importante: la información. Si está no tuviera una existencia real y concreta y un sujeto que la aprehenda este fenómeno no existiría.

Francisco Javier García Marco afirma que la información es una constante universal de influencia permanente así como la ley de gravedad y que está presente en la realidad externa como externa y que a ella se debe su organización (significado) y propósito (sentido).

Si es así es una influencia permanente tanto en los seres inorgánicos como en los orgánicos. A los primeros sólo contribuye a darles formas, a los segundos, además de eso, contribuye a dales “noticias” y a los seres humanos además de esos dos aspectos a valorar, tomar decisiones y contribuir a liberarse de sus condicionamientos, ampliando el rango de sus comportamientos. 

Los educadores han ocupado mucho tiempo en organizar su acción educativa partiendo de supuestos falsos como que un niño de seis años o más es un ignorante y que únicamente el sistema formal lo saca de este estado y lo transforma en una persona educada cuando a esa edad mediante procesos disparados por la  información un alumno “ha sido formado” tanto orgánica como fisiológicamente y también ha adquirido una conformación específica en los aspectos psicoafectivos y sociales. Por eso a cualquier educador se le hace imposible formar a una persona a lo je más puede aspirar a contribuir a su reconfiguracion, a un cambio de perspectivas, ideales y metas siempre que sean asumidos voluntariamente por estas.

Al estar en contacto con la realidad la persona puede extraer información  de ella (toma noticia de su organización y funcionamiento) y encontrar la forma de compartirla con otros: refinarla, hacer una puesta en común, socializarla y de esta manera crear y participar en la cultura del grupo a que pertenece y compartir con ellos formas de ver el mundo, proyectos comunes.

El sistema educativo formal ignorando este proceso natural de adquisición de información y conocimiento, ha contribuido a restringir el concepto de cultura y de conocimiento, otorgándole  sólo tiene validez cultural a la información que forma parte del plan y de los programas de estudio y sólo hay que ocupar el tiempo en conocer aquello que ha sido elaborado por expertos, es así como para una inmensa mayoría de los que entran al sistema escolar son desvalorizados como personas por el simple hecho de no poseer los bienes culturales sancionados socialmente, transformándolos en desadaptados sociales produciendo un inmenso daño social.

Sin embargo aún aquellos que han pasado años en la educación formal, en la toma de decisiones que tiene que ver con la mayoría de los aspectos de su vida diaria siguen usando el conocimiento vulgar e incluso cuando están en situaciones en que el conocimiento escolar sería más útil usan aquello que han aprendido por procesos naturales.

Es por eso, que nuestra propuesta educativa pretende partir de este tipo de conocimiento como base para construir el conocimiento científico y si es posible en una etapa ulterior proponer una conjunción entre ellos.


Si la información es una constante que opera permanentemente en la realidad, el procesamiento de la información que es la base de lo educativo es también un proceso al que están sometidos continuamente todos los seres vivos y puede darse en forma inconsciente o consciente. Cuando ocurre lo primero las personas viven condicionadas por ella privadas de la libertad de elegir, cuando sucede lo segundo existe la posibilidad de que se transforme en conocimiento contribuyendo a poner en marcha los procesos de humanización de las personas, los que se perfeccionan mediante  la búsqueda activa del bien en las interacciones que en última instancia constituyen los aspectos primordiales de lo que consideramos educativo.

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